Partimos del Portell dels Terrers (1630 m) a las 10 de la mañana. Sol y brisa fresca. Nos esperaban 7 horas y unos 900 m de desnivel.
La subida la realizamos por la Canal Gran, pasando bajo la Roca de Ferrús, imponente pared que protege la montaña en su vertiente sudeste. Seguimos La Ruta dels Càtars o Camí dels Bons Homes, que se adentra en la Canal. Antes dejamos atrás la casa de un conocido Maki.
Llegamos a l’Estret, casi a 2000 m, y dejamos El Camí dels Bons Homes que se dirige hacia Gósol. Giramos a la derecha y admiramos la pendiente que teníamos que subir: "Les Llosanques".
Íbamos subiendo y el ambiente se ponía cada vez “más interesante”. Sólo hay que utilizar las manos en un punto y como simple apoyo. Muy fácil. Eso sí, expuesto, un resbalón y para abajo. Se debe ir con mucho cuidado si la hierba está mojada o en condiciones de nieve/hielo. Nosotros no tuvimos problemas exceptuando mi vértigo, acojone o lo que sea, que a veces llega a rallar lo absurdo.
El paisaje se va abriendo ante nosotros hasta llegar a la Roca Blanca. Ya sólo nos queda seguir la cresta en dirección a La Gallina Pelada, ancha y sencilla, con buenas vistas sobre todo el sur del Cadí.
La ruta realizada es circular. Nos dirigimos hacia el Refugi d’Ensija o Delgado Úbeda donde charlamos largo y tendido con un pastor del Vendrell que está 3 meses allí arriba. Aunque nos costara mucho entender al hombre, fue una peculiar charla donde nos enteramos de los nombres de la gente que lleva el cotarro de los pastos (el Picas, su cuñao, etc...) y de una realidad: los rayos matan. ¡Alguna oveja cae cada año!
Tras comer, nos despedimos del pastor, al cual nos volvemos a encontrar más adelante en el Col de Tores, leve depresión entre el Pla de Tores y las estribaciones más occidentales de la Creu de Ferro. A nuestros pies se abría una canal de hierba: nuestra ruta de bajada. Directa.
Salimos a pocos metros del Pla de la Creu de Fumanya y, tras equivocarnos al coger una pista, caminamos en dirección al punto de partida. Algunos metros de carretera son casi inevitables. Son las 17:00 h. Nos vamos a Saldes. Otro puerto de montaña y visita al pueblo. Un refresco y para casa. El día siguiente me esperaba un poco de bicicleta.
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