Muchas noches me he visto envuelto en conversaciones donde se dirime si lo que miramos es luna llena o no. La última vez logré entender la respuesta: seguramente nunca es luna llena. ¿Cómo decidir algo aparentemente sencillo, pero que al indagar descubrimos que comporta una cierta complejidad?
Podemos decir que tal día es luna llena consultando un calendario de fases lunares. El problema es que la respuesta corresponde a una pregunta errónea: ¿Qué noche es luna llena?
Si reflexionamos un poco qué significa la fase llena de la luna, podemos decir que se traduce por aquel momento en el cual toda la cara visible de la luna refleja la luz solar, no existiendo, por tanto, ninguna sombra sobre la misma. Yo os pregunto, ¿cuánto dura ese momento?
La luna llena es un límite, un instante, un momento imperceptible e incalculable. No es rápido, es efímero. La lluna llena no existe. No somos capaces de percibirla.
Confiada sinapsis, no te has dado cuenta. Se ha escapado, otra vez...
Podemos decir que tal día es luna llena consultando un calendario de fases lunares. El problema es que la respuesta corresponde a una pregunta errónea: ¿Qué noche es luna llena?
Si reflexionamos un poco qué significa la fase llena de la luna, podemos decir que se traduce por aquel momento en el cual toda la cara visible de la luna refleja la luz solar, no existiendo, por tanto, ninguna sombra sobre la misma. Yo os pregunto, ¿cuánto dura ese momento?
La luna llena es un límite, un instante, un momento imperceptible e incalculable. No es rápido, es efímero. La lluna llena no existe. No somos capaces de percibirla.
Confiada sinapsis, no te has dado cuenta. Se ha escapado, otra vez...