martes, 7 de agosto de 2007

Vall de Benás

El último fin de semana de julio nos escapamos a la Vall de Benás, Samu, Judit, Noemí y yo. Uno de esos lugares explorados en mi cabeza, pero nunca visitado. Llegamos a la 1 de la madrugada y montar la tienda fue todo un cachondeo. Eran casi las 4 cuando nos fuiimos a dormir (había uno que no paraba de hablar…).

Al día siguiente, tras desmontar la tienda y volverla a montar en otra parte del cámping, (¡Qué suelo más blando!) salimos hacia Pllan de l’Hospital. Allí nos montamos en el bus que nos llevaría hasta La Besurta, de donde partimos a las 12 de la mañana, más que tarde para una excursión. La ruta es un suave paseo hacia el Forau y Pllan d’Aiguallut, zona atestada de vacas con el Pic d’Aiguallut en primer término y el Aneto y parte de su glaciar, en claro retroceso, al fondo.


Dejamos el prado atrás, con la Tuca de Salvaguardia y el Pico de la Mina vigilando nuestros pasos.

Nos dirigimos hacia la Valleta de l’Escaleta que remontamos para alcanzar el coll de Toro (còth deth Hòro en aranés) y su ibón. En la subida la niebla nos esperaba impaciente. El frío se hacía notar y el ibón… ¿dónde estaba el ibón? No se veía nada.

Comiendo:
Tras comer, emprendimos la vuelta. El relax en Aiguallut (con chapoteo incluido), los refrescos en La Resurta y la decisión de bajar hasta Pllan de l’Hospital caminando (muy recomendable) hicieron que llegáramos a las 9 de la noche al aparcamiento.

Algunas flores que nos acompañaron durante el camino.



Etimología: en la Vall de Benás se habla una mezcla de fabla aragonesa y de catalán muy peculiar con influencias occitanas que denominan patués, de aquí la nomenclatura un poco sorprendente de algunos enclaves señalados anteriormente. No son faltas de ortografía. Me hubiera gustado escucharlo...

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