Todo está pasando muy rápido. Mientras conducía, llegando a casa. Continúa.
Una imagen me ha hecho recordar. No son situaciones pasadas, ni lugares. Más bien sensaciones.
Eclipse.
Los reflejos naranjas se armonizan con los violáceos.
La luz, la humedad y el reflejo no cesan de recombinarse en aparente desorden.
Simple y repetitivo, otro atardecer acapara los sentidos que, transportados, se agudizan por momentos evocando esa comunicación con lo natural.
Los ojos, doloridos y desacostumbrados, se revelan.
La necesidad de escuchar el susurro mientras las sombras acarician una luna aparentemente estanca y gris.
Al otro lado, hacia el oeste, los pinceles no reposan aunque la paleta se agote, lenta y exhausta.
El viento, directo y maleducado, pule los cantos.
El repique de campanas.
La nostalgia ahoga y la mente se obsesiona.
Volver a caminar sobre tus piedras.
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3 comentarios:
pues me ha gustado mucho... qué bien hilvanado!
Los sentidos de Montrebei… realmente tienes razón, ya que todo lo pasado lo guardamos como sensaciones, no como lugares. De los muchos sitios que he estado, solo preservo las sensaciones y los sentimientos que percibí viviendo esos parajes….Muy bello :)
Ya va siendo hora de actualizar, no???
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