jueves, 6 de septiembre de 2007

Desubicado

Un hueso dislocado sin sentido del equilibrio.
La brisa tambalea la figura.
Los hilos casi imperceptibles.
Aluminosis ósea.
Frágil.
Movimientos aleatorios.
Descontrolado.
El temblor se hace más tangible.
Comienza a llover.
No hay reflejos.
El viento marea y se tambalea como un trapo.
Perdida la esencia y roto, me empapo.
No consigo secarme y mis poros se dilatan, despacio, sin fin.
Quizá sea la única manera de salir.
Poder estirar las piernas.
Olvidar la marioneta y controlar el vaivén.
La única manera.

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