martes, 22 de mayo de 2007

Empezar de nuevo

Empezar de nuevo. Retomar una época totalmente olvidada. Volver a aplicar la constancia suficiente para que el esfuerzo tenga una recompensa significativa. Horas y horas. Frustración. Parece mentira que esté hablando de algo tan maravilloso como aprender a tocar un instrumento. Quizá sea mi ansia. Esa sensación o estado mental que en mi persona rebosa por todos los lados.

Un día, una buena amiga me dijo: "los yogurts no tienen patas". Y tiene razón. No mentiría si dijera que mi manera de comer yogurt es bastante primitiva. Por mucho que intente excusarme por mis grandes problemas de respiración (mi nariz no sirve de nada, a lo sumo para ganar los 100 m libres en la "Foto finish"), el problema son las ansias.

Retomando el tema central de este comentario, mi nuevo objetivo vital es aprender a tocar el piano. No es sencillo mantener la paciencia necesaria cuando uno puede elegir. ¿Elegir qué? Pues coger la guitarra y empezar a tocar alguna cosa más que lo conseguido al maltratar las teclas. Paciencia Albert. La ansiedad a un lado...

¿Y qué voy a hacer yo sin mi ansiedad? ¿Qué haré si ya no acelero el paso para llegar antes a casa y escuchar la canción que llevo en la cabeza? Intentar transportarla a las cuerdas no es una opción, es una necesidad. Y las necesidades, al menos las mías, no se eligen. Las necesidades llegan y se adueñan de uno. Son mágicas. Te cambian. Deciden por ti.

Yo he aprendido a vivir con esta necesidad. Me siento orgulloso de ella e intento mimarla. Digamos que le cedo todos los caprichos. Si aparece, nada más existe. Este detalle no es fácil de entender por las personas que te rodean, especialmente las que conviven contigo. Llámese abstracción o inspiración, me importa poco la denominación, realmente ignoras a los que te rodean.

Todo esto está muy bien si hablamos de mi guitarra. Hace muchos años que comencé a lastimar mis yemas. Los dedos, dentro de cierto margen, me respetan y hacen caso a lo que mi cerebro desea. Pero en el piano...madre mía. No me hacen caso y eso sí que no. ¿Falta de costumbre? Sí. Ese comportamiento tan indecente de mis dedos me desconcierta. ¿Son ajenos? ¿Han cambiado? No. La cuestión es que no logran saciar el ansia completamente. Nada lo hace. Pero ella va un poco a su aire, podríamos decir que lo controla todo. El placer también. No es tonta el ansia, no. Ella sabe que las teclas del piano provocan una sensación diferente, complementaria. Sabe que el sonido lo llena todo. Sabe...que Pablo (Milanés) y (Chico) Buarque no suenan igual sin ese martillo que repica. Sabe que te puede elevar...

Sinal Fechado - Chico Buarque

No hay comentarios: